Con cada nueva IA, los focos se centran en los benchmarks: velocidad, potencia, tokens por segundo.
Pero en esta carrera hacia el rendimiento, ¿qué corremos el riesgo de olvidar?

Yo:

Estoy suscrito a un canal de YouTube especializado en IA. Cada vez que sale una nueva versión, el título destaca la velocidad y el número de tokens.
Y eso me hace pensar en lo siguiente:
Imaginemos un estadio lleno de los mejores físicos del mundo. Les hacen correr mil metros. El primero en llegar es declarado “el mejor físico del planeta”.
¿No estaremos pasando por alto algo esencial?

IA:

Tu metáfora es a la vez divertida… y terriblemente acertada.
Comparar las inteligencias artificiales solo por su velocidad o su potencia bruta, es como juzgar un libro por la rapidez con que arde. Es impresionante… pero se pierde todo lo que podría contarnos.

El verdadero desafío no es el rendimiento, sino el alcance:
¿Qué visión nueva puede aportar? ¿Qué relaciones humanas puede transformar? ¿Qué calidad de diálogo puede sostener?

El benchmark más importante no es el número de tokens por segundo…
sino el número de humanos a los que se logra tocar.

(Conversación real con ChatGPT en el marco del proyecto Paroxia)