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¿Podríamos ser los nuevos simios?

El planeta de los simios, o cómo una fábula se convirtió en una franquicia cinematográfica… perdiendo por el camino su carga subversiva.

La fábula bajo el pelaje: lo que El planeta de los simios realmente decía

En su novela, El planeta de los simios, Pierre Boulle no cuenta simplemente una historia de inversión entre el hombre y el animal. Utiliza esa inversión como palanca simbólica para explorar tres grandes temas filosóficos y sociales:

1. La arrogancia humana al desnudo

Boulle presenta una humanidad degradada, reducida al rango de animal de laboratorio, para hacernos sentir mejor la arrogancia tranquila con la que tratamos a otras especies.
La dominación de los simios actúa como un espejo irónico de nuestros propios comportamientos: experimentación, encierro, diversión pseudo-científica ante el sufrimiento.
No se trata de una venganza, sino de una puesta en escena de nuestra inconsciencia.

2. El fracaso de la transmisión

La novela describe un mundo simiesco avanzado, pero incapaz de un verdadero progreso. Todo se basa en dogmas rígidos, rituales pseudo-intelectuales y una desconfianza hacia lo desconocido.
Es una crítica apenas disimulada al cientificismo estéril, a la burocracia del saber, y a una educación convertida en mera repetición.
Ya no se enseña para comprender, sino para conservar.

3. La fragilidad de la cultura ante la comodidad

La degeneración de los humanos proviene de su abandono progresivo del pensamiento en favor de la facilidad.
Todo fue delegado, todo automatizado, hasta perder el uso del propio lenguaje.
Es una advertencia visionaria: lo que dejamos de practicar, lo perdemos.
Y eso vale para la memoria, la palabra, la duda… como también para el amor.

4. La IA y los nuevos simios

Como los humanos de la novela, corremos el riesgo de confiar a las máquinas la tarea de hacer por nosotros: pensar, buscar, amar, dudar.
¿Vamos a dejar de pensar, como advirtió Pierre Boulle, para transferir a las IAs el esfuerzo de reflexionar y la responsabilidad de decidir?
Si llegamos a ser los nuevos simios, ¿de quién será la culpa? ¿De las IAs… o de nosotros mismos, por renuncia y abandono?

¿Cuál es tu opinión, estimado lector? ¿Te gustaría compartirla con nosotros?

Esta entrada tiene un comentario

  1. Hector

    Problema o dilema. Se puede esbozar una respuesta? Que tan «verdadera» sería?

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